jueves, 19 de abril de 2012

Bernardo Stamateas - Como salir del estancamiento

Tal vez te sientas estancada en un proyecto. No quiere decir que te está yendo mal, pero vos querés seguir avanzando, esto es como estar en un embotellamiento.
Los que manejan saben muy bien que cuando estás en un embotellamiento no podés ir para atrás, para adelante, tenés que distraerte en algo, tenés que hacer algo y moverte, porque sino te volvés loco, empezás a angustiarte, empezás a pensar un montón de cosas, te ponés nervioso, entonces tenés que hacer algo para aprovechar ese tiempo. Bueno, cuando estás estancado en la vida tenés que saber cómo usar el tiempo para poder avanzar y no hacer el amor con tus pensamientos.
Cuando uno no avanza lo primero que hace es empezar a mirar sus achaques, sus problemas, sus dolores, sus faltas, lo que no tiene, lo que podría tener, el dolor que otro le causó, las heridas que otro le causó.
Entonces, empezás a mirar mucho tus achaques, tus problemas; y eso aún te detiene más, y como siempre digo, hacés el amor con tus pensamientos negativos, y no hay nada peor que hacer el amor con los pensamientos negativos: esa gente que se acuesta a la noche y no puede dormir porque está pensando y pensando en aquellas cosas que no puede lograr. Te voy a hablar primero de algunos errores que cometemos los seres humanos cuando tenemos un proyecto detenido:
No organizar nuestro presente
Cuando no podés organizar tu hoy, eso te detiene. Te digo que a vos te costó toda la vida llegar hasta el día de hoy, ¿sí o no? Pasaste toda la vida para llegar a hoy, toda tu vida la invertiste para llegar al día de hoy; por eso estás presente, por eso estás vivo, por eso estás viva. O sea, si te llevó tanto tiempo... valorá el día de hoy, porque a veces nuestra cabeza se va al futuro y no podemos valorar nuestro presente, nuestro hoy, y lo pasamos como si fuera nada, no valoramos que hemos invertido años para llegar al día de hoy. Entonces, tenés que empezar a replantearte cómo vas a organizar tu día a día; tal vez no avanzás porque hay cosas que no tenés organizadas en tu vivir diario, estás perdiendo mucho tiempo en cosas que no son prioritarias, en cosas que no son importantes. Por ejemplo, cosas cotidianas y sencillas: ¿cuánto tiempo tardás en hablar por teléfono durante el día?, ¿cuánto tiempo usás para mandar mensajitos de texto? De cosas triviales te estoy hablando, no de cosas que tienen que ver con un trabajo, con un negocio que estás haciendo, visitando a alguien, o viendo cómo están tus hijos; sino en cosas triviales... ¿Cuánto tiempo usás para hacer las compras? ¿Cuánto tiempo usás en tomar mate, o en tomar un cafecito o un tecito? ¿Cuánto  tiempo usás en el día para mirar tele? ¿Cuánto tiempo para leer los mail? Nada de eso está mal, tenés que hacer todo eso; pero tenés que priorizar, porque si tenés un proyecto y no estás dándole tiempo suficiente, el proyecto nunca va a avanzar. Tal vez tengas que hacer todo, pero tengas que reducir tiempo de cosas que estás haciendo y que te hacen perder tiempo. Las mujeres especialmente somos especialistas en eso: "llamo a tal", y viste que te pasa a veces que te pusiste a hacer eso del proyecto y se te ocurren mil otras cosas que tenés que hacer, y te levantás veinte mil veces y decís "ahora me tomaría un cafecito", "y ahora un tecito", "y ahora voy a llamar a tal", "y ahora..." y ahí perdiste mucho tiempo; y el proyecto se te detuvo, porque cuando volvés al proyecto ya no tenés fuerza, no tenés ganas, viene la hora de dormir y no querés saber nada, porque invertiste tu mayor energía en otras cosas que no eran prioritarias.
Lo que mantiene tu atención es lo que te dirige, lo que mantiene tu atención es tu jefe
Tenés que saber quién va a ser tu jefe, o sea, quien te va a dominar, quien te va a gobernar durante el día.
¿Qué es lo te gobierna hoy?, ¿el llamado telefónico, tu  mamá que te llama y te tiene tres horas por una tontería?, ¿quien te está dominando a vos... la telenovela?
Hicieron un estudio, un libro muy interesante sobre las telenovelas; dice que hace unos años había una telenovela mexicana muy famosa y que todo el mundo en los trabajos paraba a esa hora por mirar la televisión en su trabajo, o directamente no iban a trabajar por mirar el capítulo de la telenovela. Entonces dice: cómo se había transformado en un caos, porque la atención la ponían en la telenovela. Y pidieron, y juntaron firmas para que la telenovela la pusieran a los ocho de la noche, cuando la gente volvía de sus trabajos... Fíjense qué poder que tenía esa telenovela para hacer que la gente no trabajara; tuvieron que hacer el cambio de horario de la telenovela. Entonces la gente podía ir a su trabajo sin problema y a las ocho de la noche llegaba, prendía la telenovela y la veía.
Hay cosas en nuestra vida que tienen mucho poder; teléfonos que tienen más poder que nuestro sueño, correos que tienen más poder que nuestro proyecto, personas que tienen más poder que lo que queremos lograr en la vida. Y vamos perdiendo el tiempo, perdiendo el presente, porque le dimos poder y autoridad a eso que es pequeño. Entonces: hacé todo, pero organizate; sacále ese tiempo a todo; decí: "no hago más que un llamado hoy ", "no, hoy a esta persona no la voy a atender", "no, estos correos no los voy a contestar, porque no son prioritarios, no es principal para mi proyecto, porque tengo un proyecto y quiero que avance".
Y quiero asociar la vagancia con la culpa; porque muchas veces no podemos organizar nuestro día por vagancia. Vos podés tomar mate, pero no podés estar dos horas tomando mate; vos podés ir a hacer las compras, pero no podés perder medio día de tu vida haciendo compras, porque en el medio de la compra te encontraste con la vecina, te pusiste a hablar, después miraste una vidriera porque te gustó algo... podés pero no deberías hacerlo sin orden, si tenés sueños grandes en tu vida. A veces la vagancia está muy asociada con la culpa.
Dice la Biblia que un gran señor hizo un banquete, y empezó a invitar a cierta gente; y esa gente le empezó a dar excusas: "no puedo ir porque tengo que viajar", "no puedo ir porque compré unos bueyes", "no puedo ir por esto, por lo otro" Y el hombre se enojó y dijo: "vayan por los caminos y que entre todo el mundo a mi fiesta, porque los invitados no quisieron venir" y la excusa es: el camino que usan las personas vagas. ¿Tenés excusas dentro tuyo de por qué eso no se te da?, ¿te estás dando excusas internas y externas de por qué el proyecto que tenés no se te da? "Y... porque soy una pobrecita", "y por qué a mí Dios no me quiere", "y... por qué hay otros que son  privilegiados y yo no", "y bueno, ésta porque se casó con un multimillonario, por eso tiene todo". Y te estás dando excusas internamente, porque la excusa es el camino de los vagos
Si vos tenés un proyecto tenés que desterrar la vagancia de adentro tuyo
Fíjense la historia del texto bíblico: había un hombre que hacía 38 años sufría de una invalidez -que no sabemos cuál era-. 38 años en un lugar cerca de una fuente, y decían que en ese estanque, cuando cada año bajaba un ángel y movía las aguas, el primero que entraba al estanque era sanado. Un hombre, 38 años con una enfermedad, y que no era sanado nunca. Yo creo que ese hombre era el líder de los enfermos, ¡conocía a todos los enfermos! Conocía a los que se habían muerto en ese lugar; conocía a los que se habían sanado... Porque él vio gente sanarse, sino no iba a estar ahí 38 años por una mentira, él vio gente que iba al estanque, apenas el ángel movía el agua, y salía sanado. O sea, que vio gente que entró después que él, pero que sin embargo salió sana. Sin embargo él durante 38 años estuvo tirado en ese lugar, y el milagro no le ocurría, el milagro no venia a su vida. Yo me imagino como era la vida de ese hombre: ya se había adaptado, tenía sus amigos enfermos, unos ciegos, otros cojos, otros paralíticos; y sin embrago con los que podía jugaba a las cartas, al ajedrez, al chinchón, algo haría. Ya tenía su vida armada en medio de todos los enfermos, y él era un enfermo más; estaba acostumbrado a recibir limosnas todo el tiempo -porque a los enfermos se les tiraba una limosna-, la familia no lo iba a visitar porque una vez que se dejaba a una persona en una de las puertas del estanque no se lo visitaba más, el enfermo era dejado, abandonado. Era un hombre que había hecho su mundito entre los enfermos, y veía enfermedad todo el tiempo. Era el más viejo del grupo me imagino, 38 años enfermo.
Y cuando llega Jesús lo primero que hace es confrontarlo, le pregunta: "¿querés ser sano", ¿querés que tu proyecto funcione, querés que tu  proyecto camine, querés ser bendecido con ese proyecto? Es la primer pregunta, porque Jesús lo confronta con las excusas. Porque este hombre estaba acostumbrado a dar excusas: cuando le pregunta esto le responde: "sí, pero no tengo nadie que me meta en el estanque, cuando alguien va, llega primero que yo, y cuando estoy llegando, ya el otro entró y recibió la sanidad, pero a mí no hay nadie que me ayuda" ...¿cómo puede ser? Los otros tampoco tenían familia, se ayudarían entre ellos: el ciego ayudaría al paralítico, el paralítico le diría: "vamos para la derecha, para la izquierda, subí la pierna", el paralítico ayudaría de alguna manera al ciego, pero todos se ayudarían. En 38 años... ¿no encontró a alguien que lo ayudara? Excusas...
¿Cuál es la excusa que te estás poniendo vos para que ese proyecto no funcione?, ¿cuál es la razón que te estás dando internamente?, que puede ser muy buena, muy valiosa, pero que no te sirve. Vos me la podés contar a mí y yo te puedo entender, y te voy a decir: "claro, mirá... con lo que sufriste, con lo que pasaste, y no tenés un mango"; yo te voy a entender... Pero a vos no te sirve ni la excusa, ni que yo te entienda, porque vos querés ver el proyecto.
Si te querés poner de acuerdo tenés que cortar las excusas, no dar más excusas.
Te voy a hacer algunas preguntas a ver si querés ser responsable, a ver si querés ponerte de acuerdo:
¿Querés progresar o te acostumbraste a dormir hasta las siete de la mañana y cuando los chicos se van a la escuela te acostás un ratito más? Vas a tener que cambiar tus horarios.
¿Querés ser jefa o preferís mejor que te digan lo que tenés que hacer, porque es más fácil?
¿Querés vestirte mejor, comer mejor, viajar mejor?
¿Querés ser sana por completo?
Tal vez te acostumbraste a ir al médico cada 15 días y que te cambie las pastillas, ¿no te habrás acostumbrado a ese estilo de vida, a tener que ir al médico todo el tiempo a que te cambie la pastilla, a que el médico te atiende y te cambie la receta?, ¿no te habrás acostumbrado a eso?, ¿no será tu mundo eso, y por eso preferís no asumir la responsabilidad de la sanidad? Hay cosas a las que no te atreves, hay cosas que seguís conservando porque son cómodas, y cuando vos tenés un proyecto tenés que saber si querés todo o querés seguir viviendo de limosna. Le hablo a las mujeres, que muchas veces nos hemos acostumbrado a que los hombres hagan las cosas, y cuando las tenemos que resolver nosotras decimos: "mejor que lo haga él porque sabe más", y esa es la gran excusa que tenés para que tu proyecto no funcione, y para no ocupar el lugar que tenés que ocupar en este mundo.
¿Lo querés todo o querés limosnas? Esta es la pregunta: ¿querés ser sana, querés que el proyecto funcione, lo querés todo, querés asumir la responsabilidad o vas a seguir màs años tirándole la responsabilidad a otro? O total, con la limosna te alcanza, "con dos manguitos que me da mi marido a mí me alcanza, a mí me alcanza con la casita, remiendo un poco ahí las paredes, las emparcho, ya está, mientras tenga un techo pastora" ...¿querés o no querés? Esa es la gran pregunta  que el Señor siempre te va a hacer, ¿te ponés de acuerdo conmigo y aceptás el todo o seguís con la limosna? Con qué está viviendo hoy, ¿con la limosna? Tenés tantas excusas: "estoy enojada, estoy enferma, a mí nadie me quiere, a mí me dejaron solo, yo no recibí una herencia, a mí me pasó esto y aquello". Vas a seguir con tus excusas... no te sirve. Yo las puedo entender, la persona que está al lado te las puede entender y puede llorar con vos, pero a vos no te sirven para avanzar. El Señor va a venir a tu vida a decir: basta de excusas, ¿querés o no querés?
Cancela las excusas y decí: "levántate", da una orden, un imperativo, levántate. "Si querés, lo tengo que ver, porque empezás a hacer algo; me voy a dar cuenta que te pusiste de acuerdo conmigo porque te vas a poner las pilas y vas a empezar a hacer algo, vas a dejar de quejarte y de poner excusas; si querés... ¡levantate y empezá a caminar hacia tu destino de gloria!"
Dale una orden a tu alma, empezá a darle órdenes a tu cuerpo, tu cuerpo y tu alma tienen que obedecerte a vos; no te pueden dominar. Vos tenés el poder y la capacidad de dominio; empezá a darle órdenes a tu mente, dale una orden. Cuando viene una excusa date una orden; decí: "basta, voy a caminar", hacé algo, porque así como la orden es instantánea, el milagro fue instantáneo en ese hombre. Una orden que le das a tu mente y el milagro viene instantáneamente. Vos elegís, la acción inmediata trae una sanidad inmediata, vos tenés que darte una orden. Cada vez que te vienen esas frases a vos no te sirven, no importa que el otro te entienda, a vos no te sirven para avanzar en la vida. Si querés lograr tu sueño y tu proyecto, tenés que darle una orden a tu mente, a tu cuerpo, a tu alma, a tus pensamientos, a tus emociones, que esto se termina acá porque vos te vas a levantar, vas a tomar tu camilla que te mantuvo postrada y vas a caminar hacia la gloria.
¿Por qué asocié vagancia con culpa? Fíjense que interesante la historia que les conté anteriormente: él había visto durante 38 años a gente sanarse... ¿sí o no? Sabía que podía sanarse, tenía que hacer una acción diferente: tal vez pedir ayuda que no había pedido, porque él iba pero siempre otro le ganaba. Y la vida es así: tal vez hay otros que te ganaron; eso no quiere decir que vos no puedas ganar, que no lo puedas obtener porque las aguas se mueven siempre.
Las aguas se mueven siempre, milagros hay todos los días, las 24 horas del día
¿Por qué no va a ser tuyo? Te atrasás, viste que la otra progresa, pero también puede ser tuyo. Hay algo que no estás haciendo y que tenés que hacer; tenés que tomar tu camilla. ¿Por qué le dice: "tomá tu camilla"? Significa: "no quiero que vuelvas más, no va a estar más ahí esperándote, quiero que sepas que no hay lugar acá para vos", eso es lo que quiere el Señor que sepas; que no hay más lugar ni en la queja, ni en el lamento para vos. Que cuando decidiste levantarte le diste una orden a tu alma, ya no podés volver atrás. Antiguamente se usaba ese estanque para lavar a las ovejas, que después iban a ser sacrificadas en el templo; se las lavaba porque estaban sucias y se consideraba que a ese lugar iban las personas enfermas, porque tenían un pecado. O sea que la persona se sentía pecadora, la persona sentía que todo el mundo la miraba como pecadora, y el pecado les traía culpa. Por eso había otros que no se sentían sucios y que iban a buscar su sanidad y lo lograban. Pero éste hombre durante 38 años vivió con culpa diciendo: "no me merezco la sanidad". Por eso iba y de alguna manera se autoboicoteaba esa sanidad, y no pedía ayuda a los demás, se quedaba... "preferible me quedo último; en algún momento me tocará". Por eso seguía dando excusas, porque tenía culpa. Y muchas veces la vagancia está asociada con la culpa. Si conocés gente vaga, preguntale cuál es la culpa que esconde en el fondo; ¿por qué no quiere tener éxito, por qué no quiere conseguir un trabajo? Tal vez consiguiendo un trabajo va a obtener dinero; y obteniendo dinero pueda crecer; y tal vez crea que no se lo merece... ¿qué culpa estará pagando el vago? Hay gente vaga, que no quieren crecer y tener éxito en su vida, a pesar de que tienen todas las condiciones y el potencial para tener éxito. Porque tienen culpa; culpa por abortos que se hicieron; culpa por parejas por las que pasaron; culpa por haber abandonado a sus hijos; culpa por no sentirse una buena madre; culpa por una herida, algo que pasó en su casa. Se hacen culpables de esa situación y esa culpa no les permite lograr sanidad, avanzar en su proyecto. Y para poder avanzar tenés que quitarte la culpa.
La culpa siempre te va a hacer una persona lenta; él iba lento, arrastrándose. O tal vez era ciego, y por eso no podía ver bien; o vaya a saber. Pero la culpa te hace una persona lenta, inválida; por eso deberías ya ser millonario y no lo sos; por eso deberías ya tener ese negocio y no lo tenés; por eso deberías ya tener una familia como a vos te gusta pero no viene. Tal ves porque haya -y no digo siempre- un poco de culpa, y esa culpa te vuelve vago, porque no hacés lo que tenés que hacer; preferís perder el tiempo en otras cosas, escuchar voces negativas, en lugar de levantarte, darte una orden y decir: "yo voy por mis milagros; si a otros les pasó ¡a mí también me va a pasar!"
Vos tenés el control; el control no lo tienen otros; el control no lo tienen que tener tus emociones. La culpa no es de los demás; le echamos tanto la culpa a los demás, y la culpa no es de los demás; yo soy responsable, no puedo controlar lo que me pase pero soy responsable de la reacción que tenga frente a lo que me pasa. No puedo vivir colgado de ese dolor toda la vida; tengo que tomar mi lecho y aunque hoy me sienta inválida, dar una orden y caminar.
Cuando Jesús vuelve a encontrar al hombre de la historia bíblica, ya totalmente recuperado y sano, Jesús le dice: "no peques más para que no te vuelva a pasar algo peor". El le estaba diciendo: "mirá, aún vos -que te considerabas pecador- yo te hice un milagro porque a mí nada me impide hacer un milagro en tu vida; solo necesito que te pongas de acuerdo conmigo... ¿querés ser sano, querés progresar, querés prosperar? Terminá con las excusas, buscame a mí, yo muevo las aguas de tu espíritu para traerte el milagro".
Licenciado Bernardo Stamateas
Mail de Bernardo Stamateas: bernardoresponde@gmail.com
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