Con esta receta podrás preparar una deliciosa y refrescante bebida que te ayudará a combatir malestares estomacales, síntomas gripales y dolores musculares.
Propiedades de los ingredientes
Jengibre:
- Alivia los malestares estomacales
- Favorece a la digestión
- Alivia las náuseas, incluso las que se experimentan en los primeros meses del embarazo.
- Corta los vómitos.
- Baja la fiebre
- Calma la tos
- Estimula la circulación
- Ayuda a calmar los dolores musculares
- Es antiinflamatorio y antibiótico
- Alivia los malestares estomacales
- Favorece a la digestión
- Alivia las náuseas, incluso las que se experimentan en los primeros meses del embarazo.
- Corta los vómitos.
- Baja la fiebre
- Calma la tos
- Estimula la circulación
- Ayuda a calmar los dolores musculares
- Es antiinflamatorio y antibiótico
Limón:
- Fortalece el sistema inmunológico
- Ayuda a combatir los síntomas gripales y los resfriados
- Es antiviral
- Es antioxidante
- Funciona como antihistamínico
- Por ser diurético, ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo
- Fortalece el sistema inmunológico
- Ayuda a combatir los síntomas gripales y los resfriados
- Es antiviral
- Es antioxidante
- Funciona como antihistamínico
- Por ser diurético, ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo
Cómo preparar ginger ale
Ingredientes:
- 225 gr de azúcar
- 2 cucharadas de raíz de jengibre rallada
- El jugo de un limón
- 1/4 de cucharadita de levadura en polvo
- Agua fría
- 225 gr de azúcar
- 2 cucharadas de raíz de jengibre rallada
- El jugo de un limón
- 1/4 de cucharadita de levadura en polvo
- Agua fría
Preparación:
1. Coloca un embudo sobre la boca de la botella en la que prepararás la bebida. Vierte el azúcar y la levadura. Agita un poco para mezclar los ingredientes.
2. Ralla la raíz de jengibre con los dientes más finos del rallador y viértelo dentro de una taza medidora.
3. Exprime el jugo de un limón y viértelo sobre el jengibre rallado. Mezcla un poco.
1. Coloca un embudo sobre la boca de la botella en la que prepararás la bebida. Vierte el azúcar y la levadura. Agita un poco para mezclar los ingredientes.
2. Ralla la raíz de jengibre con los dientes más finos del rallador y viértelo dentro de una taza medidora.
3. Exprime el jugo de un limón y viértelo sobre el jengibre rallado. Mezcla un poco.
4. Vierte el jugo mezclado con el jengibre dentro de la botella. No te preocupes si los ingredientes se pegan en el embudo. Lo resolverás en el paso siguiente.
5. Llena con agua fresca la taza medidora que usaste en los pasos 3 y 4. Vierte el líquido dentro de la botella. El objetivo de esto es despegar lo que haya quedado tanto en la taza como en el embudo.
6. Quita el embudo, tapa la botella y agítala. Al hacer esto, ayudarás a activar la levadura para que la carbonatación de la bebida siga su curso.
7. Llena la botella con más agua fresca. Deja unos 2,5 cm libres para los gases que se liberarán durante la fermentación. Coloca la tapa nuevamente y agita un poco más para que se disuelva bien el azúcar.
8. Coloca la bebida en un sitio templado por no más de 24 o 48 horas. Para comprobar que el ginger ale está listo, aprieta la botella. Si cede fácilmente, deberás dejarla reposar un poco más. Cuando haya fermentado, el gas hará que el recipiente se sienta más turgente al tacto. Una vez que sea difícil apretar la botella, colócala en el refrigerador. A la hora de tomar la bebida, ábrela lentamente para liberar la presión de a poco.
5. Llena con agua fresca la taza medidora que usaste en los pasos 3 y 4. Vierte el líquido dentro de la botella. El objetivo de esto es despegar lo que haya quedado tanto en la taza como en el embudo.
6. Quita el embudo, tapa la botella y agítala. Al hacer esto, ayudarás a activar la levadura para que la carbonatación de la bebida siga su curso.
7. Llena la botella con más agua fresca. Deja unos 2,5 cm libres para los gases que se liberarán durante la fermentación. Coloca la tapa nuevamente y agita un poco más para que se disuelva bien el azúcar.
8. Coloca la bebida en un sitio templado por no más de 24 o 48 horas. Para comprobar que el ginger ale está listo, aprieta la botella. Si cede fácilmente, deberás dejarla reposar un poco más. Cuando haya fermentado, el gas hará que el recipiente se sienta más turgente al tacto. Una vez que sea difícil apretar la botella, colócala en el refrigerador. A la hora de tomar la bebida, ábrela lentamente para liberar la presión de a poco.
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